Cada uno de ellos es muy importante; cada uno de ellos es como si fuese un hijo más. Nuestros perros pueden disfrutar de 8000 m² de terreno, pero aún así viven dentro de casa con nosotros; conocemos qué es lo que le gusta a cada uno de ellos; qué es lo que no les gusta; qué les hace sentirse felices; cada defecto y cada cosa bonita que tienen; cada emoción, que nos trasmiten cada día.
En nuestro trabajo hacemos una selección muy atenta y cuidada, sus necesidades son siempre lo primero para nosotros. No disfrutamos de vacaciones, no tenemos días libres, pero disfrutamos de la vida con ellos. Tenemos perros de competición y cuando no compiten lo que hacen es pasar el día con nosotros, jugando, se tiran a la piscina, nadan, los llevamos a la playa, los llevamos al monte y todos los días lo sacamos a pasear.

Se diferencian de muchos otros por su muy buen carácter que tienen porque; no tienen miedo a nada son perros muy sensibles pero también seguros de sí mismos, muy equilibrados. Siempre intentamos darles todo lo que nos sea posible para que sean felices y eso hace que seamos un criadero casi único. Para nosotros lo primero siempre es el bienestar de cada uno de ellos. Nuestras camadas se crían dentro de casa.

Cuando una de nuestras perras se pone de parto, dormimos con ella y no la dejamos sola ni un solo momento, le transmitimos seguridad y estamos súper pendientes por si necesita algo urgente. Los cachorros aprenden a vivir en familia, aprenden los ruidos y crecen sanos y fuertes; les damos muchas atenciones, incluso intentamos que se familiaricen con cada ruido, para que luego, cuando se vayan con su familia no se asusten.

Nunca damos un cachorro antes de la edad que le corresponde para poder separarse de su madre y de sus hermanos. Nunca damos un cachorro antes de la edad aconsejada por un veterinario. Lo que pretendemos es que la gente nos conozca por todo el amor que ofrecemos en todo lo que hacemos con ellos.